lunes, 30 de julio de 2007

Iluminados


Uno de los mayores descubrimientos en la historia de la humanidad fue el fuego.
Con él descubrió que podía alimentarse mejor, protegerse del frío, y también iluminar las oscuras cuevas donde residía en aquellos tiempos del principio de los tiempos.


Después de pasados tantos años de varias cifras, el fuego sigue estando en nuestras vidas para alimentarnos, para cuidarnos, y en algunas ocasiones, cuando la energía se desploma, también para iluminarnos desde la punta de alguna vela firme.

Sin embargo, no siempre está presente y en algunas ocasiones su llama luminosa es reemplazada, por ejemplo, por la luz de las linternas y/o demás inventos que buscan facilitar algunas acciones que deben llevarse a cabo más allá de las dificultades presentadas.


Y precisamente esto fue lo que ocurrió en un policlínico de la ciudad de Villa Mercedes, en la provincia de San Luís, cuando los médicos se encontraban en medio de una operación de apéndice. No es una cirugía de las más peligrosas, pero cuando una falla en el suministro de energía dejó el quirófano completamente a oscuras en medio de la delicada tarea de extirpación, se decidió convocar de urgencia… a los familiares del paciente que tuviesen celulares.
Acaso para llamar y reclamar a la Compañía Eléctrica?
Acaso para solicitar que consigan reflectores a pilas?
No, para que usen la luz que acompañan a sus aparatos de comunicación.

Esta vez no se necesitó realizar ningún llamado para salvar una vida.
Gracias al ingenio y a la unión de unos diez celulares iluminados, la operación terminó siendo todo un éxito.
Y al igual que muchos años atrás, la luz fue (y seguirá siendo) una fuente de vida.

sábado, 28 de julio de 2007

Pensando en verde

Recuerdo la famosa frase, o mandato, que dice: “Andá a trabajar al puerto”, y entonces es cuando uno se pregunta si los que no rumbeamos hacia ese lado, no podemos llamarnos trabajadores.
Los que van a cumplir sus labores a las escuelas, a los hospitales, a las redacciones, a las fábricas, a las oficinas, a los estudios, a los juzgados, a la Camára de Diputad…, (bueno, esos últimos sí que podrían mandarse hacia el puerto más cercano).


Pero en realidad, este sentir y decir escrito viene tras enterarme de la oferta que acaba de recibir Zinedine Zidane, el ex futbolista de la Selección de Francia y del Real Madrid (entre otros) y tan recordado por el famoso y mediático cabezazo que certeramente pegó contra el pecho de un rival italiano en la final del último Mundial jugado el año pasado en Alemania.
La cuestión es que Los Ángeles Galaxy, equipo de futbol estadounidense, le ofrece por jugar una temporada, es decir, un año con esa camiseta, la módica suma de 49 millones de dólares!!!

Según dicen, Zinedine lo está pensando y pidió unos días para evaluar esta proposición indecente (por lo menos para la mayoría de nosotros).
Y es que me imagino que debe ser difícil calcular qué hacer con este poquito más de cuatro millones de dólares que estaría ganando por mes, este palo verde por semana, estas 142 lucas por día, estos 6 mil dólares por hora.
Porque él quizás quiera gastar una fortuna en un shopping y mientras hace la cola para pagar, ya le depositaron más plata de la que acaba de desembolsar.
Encima, por su condición de futbolista conocido mundialmente, entra a un restaurant y el dueño del mismo lo invita, o elige un auto y la empresa le entrega uno de cada color sin que tenga que desembolsar una sola moneda.
Además hay que madrugar, hacer gimnasia a pesar del frío, y encima los domingos debe estar listo para jugar al fútbol.

Supongo que nunca nadie mandó a mi amigo Zinedine Zidane a trabajar al puerto, pero en caso de que alguien lo haya hecho… qué bien que estuvo en mandar la pelota lejos, hacia otro lado.

jueves, 26 de julio de 2007

Mal clima


Era un día que no anunciaba grandes novedades. La rutina estaba casi a la orden del día hasta que se presentó el granizo sobre la ciudad.
La hielera celestial comenzó a arrojar piedras de un tamaño que seguiría asombrando a todos varios días después de la calma y el deshielo.
Dos mil quinientas casas y más de veinte mil autos fueron víctimas de la fría puntería, además de algunas personas que resultaron heridas por efecto directo de los piedrazos.
Y más allá de la explicación que entregó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la preocupación estaba centrada en las compañías de seguro automovilísticos que nada podían hacer ante este fenómeno de la naturaleza.
Sin embargo, cuando volvió la calma, todos comenzaron a inferir que algo extraño estaba pasando con el clima.


Hace pocos días, nada ni nadie anunciaba grandes novedades hasta que, para sorpresa de todos, la ciudad comenzó a vestirse de blanco como no sucedía desde junio de 1918 .
Y las fotos con el obvio muñeco de nieve, y las filmaciones caseras con el paisaje blanquecino, y las nuevas postales de un día que quedará marcado en los fríos almanaques de la memoria.
Y más allá de
la explicación que entregó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la atención estaba centrada en no perderse la nevada sobre los extraños aires de Buenos Aires, y el disfrute del momento hasta que el deshielo borrase la fría evidencia dejada de este fenómeno de la naturaleza.
Sin embargo, cuando volvió la calma, todos comenzaron a inferir que
algo extraño estaba pasando con el clima.


(recuerden que haciendo click sobre cada frase o palabra de color, desembocan en otro lugar que tiene que ver con el tema tratado, y de paso les recomiendo que no dejen de pasar por el último... antes que sea un poquito tarde)

martes, 24 de julio de 2007

En vida... y con salud


Realizando un feroz zapping nocturno, caí en el inmortal programa de Chiche Gelblung cuando estaba anunciando el último reportaje realizado a Fontanarrosa, hace poco más de un mes. Por alguna extraña razón me llamó la atención ese encuentro y me detuve a verlo.

Cuando finalizó la entrevista me quedé pensando en lo estúpido y morboso que siguen siendo algunas cuestiones, sobre todo las que tienen que ver con el denominado “reconocimiento”.
No mucho tiempo atrás, las palabras de afecto, y actos homenajes, se realizaban con toda puntualidad una vez que el protagonista ya no estaba para presenciarlos. Esto quizás se debe porque la muerte tiene la particularidad de cambiar insultos por piropos, olvidos por recuerdos, mortalidad por inmortalidad. Uno de estos casos ocurrió con Alberto Olmedo que después de su trágica muerte, pasó a ser el número uno de la comicidad argentina luego de ser tan exageradamente criticado mientras mostraba su sonrisa.
Lo mismo ocurrió con Pappo que ya cuenta con su monumento en su entrañable barrio de La Paternal, inaugurado al cumplirse el primer año del accidente que le costó la vida.

Luego de estos homenajes con la fuerte presencia de sus ausencias, es que se comenzaron a levantar las voces que pedían que los reconocimientos se realicen “en vida”, con el protagonista como testigo. Pero la muerte siguió muy de cerca…
Es que comenzaron una serie de agasajos, entrevistas, premios a la trayectoria, y demás galardones que llegaban todos juntos, pero a las personas que se sabían a punto de viajar a alguna estrella reservada.
Como ejemplo se puede recordar los merecidos premios que recibió el querido y recordado Adolfo Castelo, pero que se agudizaron luego de anunciada su maldita enfermedad.
Y lo mismo sentí, tan cercano en el tiempo, en los últimos tiempos del Negro Fontanarrosa. La necesidad de tenerlo en entrevistas, programas de televisión, y demás para “tenerlo-usarlo-recordarlo-mostrarlo” cuando se fuera volando.

Me gustaría que cambien los tiempos de estos reconocimientos, y ya no digo, solamente, que se lleven a cabo “en vida”, sino que deseo agregarle, “y con salud”.
Después de todo, ellos, los verdaderos protagonistas, merecen poder disfrutar de todas estas muestras de amor, cariño, respeto, admiración, cuando todavía se encuentran como todos queremos, en buen estado y con el corazón latiendo afinadamente.

sábado, 21 de julio de 2007

Adiós a las armas


Ayer a la mañana (muy temprano para mi gusto) estaba manejando y en una maniobra que hice para dar paso a un auto que tenía apuro, me acerqué un poco a otro que me estaba intentando pasar (por la derecha) y me tocó bocina entendiendo su traducción sonora como un insulto mañanero.

Más allá de la imprudencia de él (todos sabemos de qué lado debe pasarse a otro vehículo), lo alcancé en un semáforo y cuando estuve a la par extendí mi brazo en un gesto de “disculpame, que tengas un buen día”.
Pero mi desagradable sorpresa fue al descubrir que dentro del auto perteneciente a una compañía de seguridad privada manejaba un tipo que fácilmente podía pasar por un patovica que me clavó una mirada roja sedienta de sangre y furioso por la oportunidad perdida de poder bajarse del auto y comenzar una batalla de golpes y quizás (recordando para qué clase de compañía trabaja) algo más directo, rápido y certero.

Debo aclarar (nunca está de más) que no sé lo que es dar un golpe de puños y por otra parte tampoco los he recibido (más allá de alguna que otra amenaza a la distancia).


Después del mediodía me entero del hecho que lo tuvo a Aldo Rico como protagonista al enfrentarse a disparos contra un grupo que intentó robarle ayer por la mañana.

Más tarde escuché a la diputada del PJ María del Carmen Rico, hija del ex intendente de San Miguel, que luego de conocerse el hecho desaconsejó la portación de armas, aunque aclaró que su padre “es un tipo muy especial, preparado, combatió en Malvinas…”

Si alguien que conocemos por sus ideas autoritarias, por su amenaza a la democracia, y demás acciones de dudoso buen gusto social, está preparado para sus disparos en defensa propia… ¿qué pasará con aquellos que la llevan y esperan cualquier excusa para hacer lo mismo? Es decir, disparar contra los maleantes que quieren quedarse con lo ajeno o a los estúpidos que manejan tan temprano para ir a cumplir con sus obligaciones y no ven a los autos que intentan pasarlos por el lado equivocado.


Cuando la seguridad entregue seguridad, y las armas las porten personas realmente preparadas y con sus estudios psicológicos en condiciones, sentiré que algunas noticias no saldrán más en los diarios ni tendré que tocarlos yo en estos lugares de disparos verbales.

viernes, 20 de julio de 2007

Chau Negro


Despedirse de un amigo siempre es difícil, y la simpleza del título no deja ver la realidad de su escritura.
Acaba de fallecer Roberto Fontanarrosa, el querido Negro, y con él, nuestra sonrisa comienza a desdibujarse.

Quizás alguien se pregunte acertadamente si yo era amigo de él, por haber utilizado ese término en la cuarta palabra, pero aunque no lo conocí personalmente, debo considerar de esta amistosa manera a una persona que hacía levantar los extremos de la boca con cada uno de sus dibujos.
Y resultaba tan así, que hasta sabiendo y reconociendo su extrema pasión por los colores futbolísticos de su Rosario Central, las personas que gustaban de otras camisetas, se sentían cómodas con él.

Como anécdota gráfica se puede recordar el pequeño mensaje que escribió anunciando su retiro del dibujo a causa de la enfermedad que lo acompañó en los últimos años y la tristeza que inundó a todos los que, además de creer que se acababa la vida de varios personajes, entendimos el dolor de un dibujante que debe renunciar a lo que mejor sabe hacer y más le gusta. Y, sin embargo, pocos días después, todos, y sé que al decir todos no exagero, nos alegramos al enterarnos que había terminado de realizar su última creación, “El Canaya” (así como está escrito), representando al más fiel y apasionado hincha de Central. Su mano y todo su ser (su cabeza y su corazón) decidían continuar la lucha.

Hablar de Boogie el aceitoso, o de su inseparable Inodoro Pereyra, es hablar de él mismo. De su talento y sabiduría a través de sus cuentos con alma de barrio. De sus textos cargados de una argentinidad al palo. De sus reuniones entre amigos en el bar de siempre. De un espacio que comienza a agrandarse como sucede cuando alguien a quien sentimos de manera tan cercana, se va casi sin tiempo para decir adiós.

Pero él siempre va a estar acá y seguirá arrancando la risotada por más que esté reflejando una realidad tan nuestra y dolorosa como el sopapo descuidado. Porque sus historietas quedan, y su mano maestra también.

Qué lo parió!

jueves, 19 de julio de 2007

Volando espero


Es un pájaro?
Es un avión?
No, es
Superman!!!

Ahora las preguntas y las respuestas cambiaron un poco al mirar hacia el cielo…

Es un meteorito?
Es una bola de fuego?
No, es un avión que no sabe volar.

Brasil está volando de fiebre, de dolor, al ver
las imágenes del pájaro de hierro devorado por las llamas junto a todas las personas que se preparaban para el despegue en su interior.
Y nosotros, desde este lado de la frontera, miramos a través de la pantalla, y de reojo, y en silencio, las imágenes que nos recuerdan tanto a
la trágica historia del avión de LAPA.
Y la saliva no pasa por la garganta al recordar la ausencia de radares en los aeropuertos, y las palabras de los hijos de Giuseppe advirtiendo que no existe peligro alguno mientras crecen sus narices, y las casi-cualisiones que como en una definición por penales queda en manos de las decisiones estudiadas de los pilotos y el azar del Universo.

Las noticias sobre el desastre se siguen repitiendo y ahora aparece un argentino entre las víctimas fatales. Un solo argentino en un desastre “ajeno”. La rueda de la fortuna sigue girando, la ruleta rusa es más argentina que nunca, pero acá no pasa nada.

Desde una de las tantas redacciones, la orden es la misma:
—¡Andá a cubrir la información!
El periodista va hacia ella, hacia el lugar del desastre aéreo, y para eso debe tomar en Ezeiza un avión.
Un avión que (si Dios sigue jugando a los dados) lo podría dejar en el lugar donde otra aeronave no aprendió a levantar la nariz.

¿Y vos qué hacés?
Yo mientras volando espero, espero volando, de inmediato, rápido, de manera urgente una solución para la cual no es necesaria la ayuda de Superman, sino la de seres humanos que se pongan a trabajar con los pies sobre la tierra.