Para el que no lo sepa (raro por estas latitudes) Barreda es el odontólogo que en el año 1992 asesinó de certeros disparos de escopeta a su esposa, sus dos hijas, y a su suegra.
El caso tomó en su momento tanta notoriedad que hasta se llegó a grabar una canción con el caso.
Más de 15 años después del hecho, el recuerdo de aquellos crímenes y los maltratos psicológicos a los que era sometido diariamente Barredas por parte de las cinco mujeres que habitaban la casa (“…andá a hacer el trabajo de “conchita”, que es lo único que sabés”) volvieron a inundar la opinión pública por habérsele otorgado el “beneficio” de la prisión domiciliaria.
Ricardo Barreda está mirando programas televisivos, leyendo diarios y revistas, comiendo pizza y/o tomando helado desde su nueva prisión, un departamento en el barrio de Belgrano junto a su novia y, al mismo tiempo, garante de su encierro, Berta André, a quien conoció en la cárcel, lugar al que ella concurría para visitar a un familiar.
Más allá de las diversas opiniones que existen y que tienen a Ricardo Barreda como un héroe y otros como un sádico, no deja de ser una realidad que un asesino múltiple está fuera de la cárcel.
Pero claro, cómo no va a “gozar” de la prisión domiciliaria él, que “sólo” asesinó a cinco personas, cuando otros asesinos de cientos y miles de personas, también “sufren” de este beneficio casero.
El caso tomó en su momento tanta notoriedad que hasta se llegó a grabar una canción con el caso.
Más de 15 años después del hecho, el recuerdo de aquellos crímenes y los maltratos psicológicos a los que era sometido diariamente Barredas por parte de las cinco mujeres que habitaban la casa (“…andá a hacer el trabajo de “conchita”, que es lo único que sabés”) volvieron a inundar la opinión pública por habérsele otorgado el “beneficio” de la prisión domiciliaria.
Ricardo Barreda está mirando programas televisivos, leyendo diarios y revistas, comiendo pizza y/o tomando helado desde su nueva prisión, un departamento en el barrio de Belgrano junto a su novia y, al mismo tiempo, garante de su encierro, Berta André, a quien conoció en la cárcel, lugar al que ella concurría para visitar a un familiar.
Más allá de las diversas opiniones que existen y que tienen a Ricardo Barreda como un héroe y otros como un sádico, no deja de ser una realidad que un asesino múltiple está fuera de la cárcel.
Pero claro, cómo no va a “gozar” de la prisión domiciliaria él, que “sólo” asesinó a cinco personas, cuando otros asesinos de cientos y miles de personas, también “sufren” de este beneficio casero.