Por lo menos, eso es lo más suave que piensan y opinan los oficialistas sobre la figura del Vicepresidente Julio Cobos, después del voto que emitió en contra de las retenciones sobre el campo, proyecto principal de su gobierno.
Y más allá del momento histórico… (histórico porque todas las bancas del Senado estaban ocupadas, y no por las telarañas de siempre) y de máxima tensión cuando a las cuatro de la madrugada se definía la votación a través del discurso del Vicepresidente de la Nación, es de suma importancia, más allá de la inclinación ideológica de cada uno, comprender que así como todos nos cansamos de que la oposición siempre se encuentre en contra de cualquier cosa que diga el oficialismo (por más que sea bueno o malo), lo mismo ocurre con el acompañamiento ciego hacia los líderes del mismo partido o grupo político.
Y más allá del momento histórico… (histórico porque todas las bancas del Senado estaban ocupadas, y no por las telarañas de siempre) y de máxima tensión cuando a las cuatro de la madrugada se definía la votación a través del discurso del Vicepresidente de la Nación, es de suma importancia, más allá de la inclinación ideológica de cada uno, comprender que así como todos nos cansamos de que la oposición siempre se encuentre en contra de cualquier cosa que diga el oficialismo (por más que sea bueno o malo), lo mismo ocurre con el acompañamiento ciego hacia los líderes del mismo partido o grupo político.
Si ocurriera el milagro de aprender las lecciones de la vida, quizás este sea el comienzo de una era en que los pensamientos personales cuenten con la total libertad de expresión, y el diálogo sea la mejor herramienta para llegar a los acuerdos necesarios, que permitan el crecimiento y bienestar de todo el pueblo argentino.