En el sur del país se encuentran algunas de las denominadas “Cuevas de las manos”, cuyas paredes están pintadas con las siluetas de esas antiguas e inmortales manos.
Pero hace unos días, cuatro hombres “civilizados”, no tuvieron la mejor ocurrencia que escalar uno de los cerros de la localidad de Tornquist (provincia de Buenos Aires) y con pintura roja en aerosol querer imitar a los antiguos pobladores escribiendo sus nombres en grandes letras sobre las piedras.
Y si intentaban hacerse conocidos, lo lograron, ya que salieron en todos los medios por su atentado a la naturaleza y porque, luego de ser denunciados, ahora deberán encargarse de dejar la limpieza de las rocas dañadas y dejarlas sin las marcas de la estupidez.
Y hablando de limpieza, es la que deberían haber realizado en la ONU, ya que encontraron almacenados y abandonados en el olvido, unos frascos conteniendo fosgeno, un gas mortal utilizado para la fabricación de armas químicas, y que había sido traído desde Irak en la década del 90.
De inmediato especialistas hicieron las pruebas correspondientes en el ambiente y afirmaron que no se encontró ningún vapor tóxico en el lugar.
Por último, esta semana Bush dijo que pedirá al Congreso estadounidense unos 50 mil millones dólares para la guerra de Irak, que serviría, entro otras cosas, para los costos del envío de 28 mil militares, que se sumarían a los 160 mil que ya se encuentran allá.